La semana pasada Facebook hizo un ruidoso anuncio público sobre sus próximos pasos. La compañía brindará a otras empresas un conjunto de herramientas que les permitirá crear programas para meterse en el corazón de la red social.
Eso les permitirá tener acceso a la interminable sucesión de fotos, actualizaciones de e status y comentarios que la gente deja en el servicio. La idea del sitio social es que los desarrolladores creen programas “facebook” para que sus PC corran en los navegadores y se adapten a la gran cantidad de aparatos móviles que circulan, como iPhone, por ejemplo.
Justifican la decisión diciendo que quieren dar a la gente una forma mejor de compartir información en más lugares, y que de paso permiten así que Facebook crezca mucho más.
En realidad, Twitter ya ha hecho algo similar con su servicio de microblogging, que permite a terceros crear los programas para que la gente vea y colabore con las actualizaciones en Twitter.
Ambas compañías están librando una batalla por el dominio del diálogo social, el más grande duelo tecnológico desde Microsoft y Netscape.
Ese duelo ha provocado también una frenética actividad entre emprendedores en Silicon Valley, todos buscando nuevas maneras de permitir a la gente entrar a sus redes sociales.
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4.5.09
La riesgosa jugada de Facebook
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